Las crisis matrimoniales pueden suponer bien un refuerzo para la relación o una quiebra del matrimonio.
Las fisuras matrimoniales pueden aparecer en cualquier momento existiendo etapas críticas más propicias para la crisis.
5 Etapas críticas de padecer una crisis matrimonial
1) A los 2 años de convivencia
La reacción hormonal se minimiza y entre en juego el compromiso, la convivencia, las responsabilidades, los pagos y la rutina.
2) El nacimiento de los hij@s
Aumento del cansancio físico, cambio en la vida sexual, sentimiento de abandono paterno, se reduce la vida de pareja, las salidas y la seducción se ve afectada.
3) A los 7 años de convivencia
El romance desaparece y deben propiciarse los detalles y el vínculo afectivo seguro, el sentimiento del proyecto común.
4) A los 15 o 20 años de convivencia
Los hijos viven su adolescencia y esto remueve a los padres/madres que viven su segunda adolescencia. Se cuestionan su estilo de vida, su aspecto físico y replantean su proyecto vital. El problema deriva cuando sus miembros actúan de modo independiente.
5) El abandono del hogar de l@s hij@s. El nido vacío
El matrimonio se encuentra solo como al principio sino se ha cultivado los intereses de uno mismo y la vida de pareja el otro se convierte en un desconocido.
Indicios de una crisis matrimonial
-La toma de decisiones individuales.
El proyecto conjunto se tambalea y se toman decisiones sin tener en cuenta los sentimientos del otro y cómo pueden afectarle.
-Se pone el acento en las aportaciones individuales y se cuestiona la aportación del otro.
-Se anteponen las necesidades propias obviando las de la pareja.
-Los proyectos individuales priman ante las metas comunes.
-Se traen constantemente asuntos y aspectos que se sabe que crispan al otro.
-No se mantiene viva la llama. Se pierden los detalles y el cuidado físico. La pareja se vive como una traba y carga.
-Búsqueda fuera del hogar de una conexión física o emocional.
-La vida sexual se empobrece. Se pierde el deseo sexual o se reprime como un castigo a la pareja.
-La comunicación no fluye. La conversación es hueca y vacía.
-La pareja no se ve como un apoyo o un amigo.
Acudir a un psicólogo puede ayudar a revisar el proyecto futuro de la pareja cuando en ésta no fluye la comunicación o existe dificultad de expresión emocional. El terapeuta ayudará a que los integrantes de la pareja valoren si quieren revisar el proyecto común y si éste se adecua a su proyecto individual. Los ayudará a reinventarse si así lo desean, les apoyará en la capacidad para superar los desafíos, traerá a la consciencia la existencia de sentimientos no resueltos ayudándoles a ser más felices.
Ingrid Tomé
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