La psicología emocional pone el foco en la capacidad de percibir, entender y gestionar la información emocional propia y ajena.
La inteligencia emocional es una capacidad clave para el aprendizaje, para la mejora del bienestar personal, la capacidad de relación y de una resolución positiva de los conflictos. Las capacidades emocionales pueden potenciarse además de ser susceptibles de cambio. Debe identificarse la emoción que experimentamos, tomarse conciencia, regularla y expresarla de una forma sana.
La psicología emocional lucha contra:
-LA SUPERIORIDAD
No creerse superior a nadie. Intentar ponerse al nivel del otro. Conectar. Actitud positiva.
-LA AUTORIDAD DESPÓTICA
Autoridad dentro de unos límites de respeto
-LA SUBORDINACIÓN
La persona debe sentirse bien y que el resto también lo haga por ello se debe huir de subyugar.
-EL DESENTENDIMIENTO
Despreocuparse de los problemas del otro.
-LA GENERALIZACIÓN
Comportamiento reiterativo de una persona o ampliar un comportamiento a todas las personas.
-LA PROYECCIÓN
Resolver los problemas y comportamientos propios sin culpar al otro.
La inteligencia emocional aflora el talento, la automotivación, la creatividad y la empatía por lo que todos deberíamos trabajarla. El contactar con un profesional nos puede aligerar el proceso. Se fomenta
-LA RISA
-EL JUEGO
-EL SER SOCIABLES. NO SENTIR MIEDO AL RECHAZO
-EL NO SER RENCOROSO
-LA CURIOSIDAD
El psicólogo nos ayudará a identificar las emociones, descubrir las situaciones que evitamos, cambiar la forma de responder ante todo aquello que nos conflictua. El trabajo de la inteligencia emocional con el terapeuta nos hará ganar en fortaleza emocional ayudándonos en el afrontamiento de los problemas y en la mejora de nuestra salud emocional.
Ingrid Tomé
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